Para los que no saben ella; es Canela, una miembro de mi familia muy particular y al parecer bastante famosa.
Nos conocimos cuando yo tenia unos 20 años mas o menos, ella apenas 4 meses, en teoria era un bebe, un bebe de cerca de 20 kg rubia, de pelo largo y su sonrisa buenuda dibujada.
El dia que nos conocimos, llovia, pero como para caerse el mundo abajo. Y yo ,como de costumbre llegué tarde. Por eso, casi se la comen 3 rotwailers, tragico? si, nos conocimos con miedo, medio de muchos gritos. Sin saber bien su nombre del susto la subimos a un auto y la trajimos a casa. Camila le dije yo. Quien sabe que habra pensado esa criatura... a que clase de manicomio cai!?
La bañe, y ahi nos dimos cuenta que la cosas venia para largo.
Despues de una visita al vet, y mas de 20 puntos por todos lados, llego a casa el perro velador, ya sabiamos q se llamaba Canela, y faltaban tres dias para navidad.
Como de costumbre toda la familia viaja junta.
Y ella con sus pocos dias en la casa, se subió a la combi y viajó con nosotras. Estaba hecha para esto.
Iba adelante, una Golden sentada en el asiento del acompañante, con un isabelino y collar de flores. Rubia cabellos al viento. Igual a mi mamá. Estabamos destindas, ella, mi mamá y yo.
Tuvimos comienzos turbulentos, sobre todo porque en su primer año decidio comerse todo o que encontro a su paso, zapatos, carteras y ojotas, decenas de ojojtas.
Amaba robarle la ropa que tendía el vecino, y que nosotras en la noche le dejabamos tirado en el patio. Siempre complices de sus "travesuras".
Amaba andar en auto, y dormir en mi cama, como todo hijo perruno, con la diferencia que para este momento casi pesaba 30 kg.
Canela no solo nos dio felicidad a nosotros, tuvo su novio Ugly, con quien tuvo como una docena de hijos, y cada uno de ellos lleno de amor a sus familias.
Mi ahijado de casi cuatro años, en ese momento, hoy de once, se quedo con uno, Teo, que tiene la misma carita de alfajor que ella.
Su vida créo que fue llena de amor, no se perdió una fiesta, un cumpleaños, un año nuevo.
Tuve una perra a la que le gustaba el zapallo y el apio, lo comia con amor. No le gustaba lamerme la cara, lo hacia con verguenza y disfrutaba que la bañara y que le envolviera la cabeza en una toalla para cercarla.
Paseaba por el barrio, relajada y los vecinos sabia la conocían, tuvo sus amigos con los que jugó hasta que sus patitas no dieron mas.
Supo ser buena compañera de su gata Anastasia, (si, mi perra tenia su mascota) y con recelo le dio amor a Leonard los ultimos meses.No es fácil dejar de ser hija única.
Sobrevivio a la llegada de Lolo, el caniche emo de mi mamá, quien fue su compañero de cama los ultimos cuatro años.
Ella entendáa todo, odiaba mi valija, casi tanto como yo despedirme de ella.
Comió rico, se bañó siempre con agua calentita, y tuvo un lugar al mejor estilo alfombra en el medio del pasillo.
Hoy me toca despedirla, pero le deseo a cualquier persona de este mundo que tenga la posibilidad de tener una Canela, juro que las cosas cosas nunca van a estar tan mal si te posa su hociquito
tibio con la nariz humeda en las piernas, si te deja agarrarle la patita hasta quedarte dormida, y que parece que supo que yo estaría en casa y para irse para que yo no me sienta mal por haberla dejado sola en este momento. Ahi estuvimo, como al inicio, ella, mi mamá y yo.
Solo les deseo eso, que su corazon y sus familias tengan el placer de amar y ser amados por un ser así.
Hasta siempre, y gracias por estos enormes diez años de amor.
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